Insospechados
índices de cultura pueden apreciarse a diario en esta Provincia,
que a pesar de su lejanía de la capital, puede contar con
una población apta para el estudio y la creación.
El tunero es sencillo y hospitalario, amante de abundante mesa que
brinda con espontaneidad. El habla del tunero difiere, de cierta
manera del habla predominante en la zona oriental, donde se percibe
una entonación peculiar diferente de la del resto del país.
El tunero no se ha limitado a disfrutar y demostrar su trabajo con
la décima en eventos nacionales e internacionales alrededor
de la figura de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El
Cucalambé). El tunero es decimista por naturaleza y la improvisación
le llega fácilmente.
Otra faceta del arte que se desarrolla en la provincia es la escultura.
Esta prendió en sus habitantes y le ha ganado la denominación
de "Capital de las esculturas".
Los premios nacionales e internacionales en la creación narrativa
se concentran generalmente en escritores tuneros como Guillermo
Vidal, primero profesor y ahora relevante cultor del cuento y Alberto
Garrido, recientemente triunfador en el premio Casa de las Américas,
quien muestra una obra orgánica donde también el cuento
es género relevante.
El culto a los héroes es parte de la vida del tunero. El
Museo General Vicente García, ubicado en la casona colonial
donde este residiera, es un lugar preferido de este pueblo.
La plaza dedicada a José Martí cuenta con un original
reloj solar que permite, que todos los días 28 de Enero,
fecha del nacimiento del Apóstol de Cuba, el sol alumbre
directamente el rostro del maestro.